Las matemáticas son un rollo con sus equis y sus incógnitas pero si que sirven para algo, o al menos se con que se le puede comparar a la perfección. Esas ecuaciones son números ocultos que se esconden para que no descubras la verdad y te cueste una eternidad resolverlos. Y averiguar la respuesta correcta a esa gran ecuación que tienes delante tuya en una hoja arrugada y sucia de tanto intentar hacerla, una y otra vez sin que te de bien. Hasta que llega ese momento que lo haces, te alegras de tal forma que no hay manera de explicarlo ya sabes lo que pasa y lo que pasaba hasta ese momento. Las equis no se llegan a saber hasta al final si son elevadas al cuadrado menos porque significa que son de segundo grado lo que con lleva problemas dobles. Mas retorcerse la cabeza para descubrir lo que pasa, horas enteras pensando en que podría pasar o que podrías hacer para sacarte esa duda ya y terminar el problema. Con lo que se puede comparar casi cerrando los ojos y sin pensar si quiera es que las complicadísimas matemáticas con todos sus problemas con las incógnitas, paréntesis y equis al cuadrado, es completamente igual al complicadísimo, inexplicable, extraño y confuso amor. ¿No os parece verdaderamente iguales? A mi si. Los números ocultos son los chicos que te gustan que no sabes la verdad, si a ellos les gustas tu o no, tardando un siglo en descubrirlo. Queriendo saber la respuesta a esa pregunta que te haces en tu cabeza, la vez tan clara como si la tuvieras justo delante tuya con las interrogaciones y las tildes. ¿Le gustaré? Esa es exactamente la pregunta. Buscas vistas sin ton ni son, a diestro o a siniestro, por un lado o por otro pero, no la encuentras en ningún sitio ni debajo de las piedras aunque investigues a la perfección. Hasta que llega la respuesta sola, y te lo dices, te enteras por fin de la verdad. Aunque yo quisiera que me pasara eso aun no ha sucedido pero no pierdo ni perderé la esperanza, ya que es lo ultimo que se pierde. Y cuando llega ese final es cuando te enteras de todo al fin. Aunque hay veces que los problemas se complicas y llegan a ser problemas elevados al cuadrado o al cubo. Según lo complicado que se vuelvan... Al fin y al cabo las matemanticas solo tienen un claro y perfecto final, el amor.
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